Fresco, pulcro, como recién salido del baño, exactamente la sensación que dejan los perfumes cítricos sobre la piel. Quizás son precisamente esas cualidades efervescentes, francas y optimistas las que tanto nos encantan de estas fragancias.
La familia olfativa cítrica se compone generalmente de los hesperidios o frutos cítricos con estructura de gajos como lo son la bergamota, la lima, el limón, la mandarina, la naranja (clásica, amarga, tangerina y sanguina), toronja (clásica y grapefruit), yuzu, metil y hassaku, entre otros, de los cuales (por lo general), se utiliza su cáscara para mantener su frescura y propiedades esenciales.